La Conselleria de Infraestructuras reconoció ayer a Levante-EMV la existencia de problemas técnicos en las obras de la autovía Valencia-Llíria (CV-35). Estos problemas, al parecer, obligarán a modificar el proyecto inicial y, según la conselleria, son los responsables de las demoras en los trabajos de esta importante vía de comunicación. El asunto, que podría terminar en una renegociación económica por las dificultades técnicas en el enlace de la CV-35 con el bypass, es sólo una explicación que no justifica la situación en la que se encuentra la citada autovía.
Por muchas cuestiones técnicas que se puedan plantear, no resulta admisible que las obras, que tomaron un ritmo trepidante antes de las elecciones(se trabajaba incluso por las noches), se encuentren prácticamente paralizadas, dejando tras de sí un panorama desolador y peligroso. La señalización provisional, como ya ha denunciado este diario, se ha convertido en una auténtica trampa, especialmente por las noches y durante los días de lluvia, cuando las líneas pintadas en la carretera lo único que hacen es despistar y confundir a los conductores.
Este peligro, además, se multiplica en los accesos o salidas de la autovía, en donde la señalización horizontal -se mezclan las líneas amarillas provisionales con las blancas originales- supone un auténtico laberinto. Y eso sin hablar de los continuos y kilométricos atascos que registra una carretera colapsada desde hace muchos años. Las excusas no son suficientes para justificar una situación intolerable.
Fuente levante-emv.com
El Consell reconoce problemas técnicos en las obras del peaje en sombra de la autovía de Llíria
La Conselleria de Infraestructuras reconoció ayer la existencia de «problemas técnicos» en las obras de la autovía Valencia-Llíria (CV-35), adjudicadas en régimen de concesión por peaje en sombra a la constructora Sacyr y que se encuentran prácticamente paralizadas a pesar de que el compromiso oficial de la Generalitat es que concluyan antes de fin de año.
Vicente Aupí, Valencia Fuentes oficiales del departamento autonómico responsable del proyecto, que dirige Mario Flores, admitieron ayer que los problemas en el proceso constructivo se están traduciendo en «demoras» y modificados de obra, cuya cuantía económica «aún no se ha evaluado», ya que será la propia concesionaria la que tenga que acreditar, en su caso, la necesidad de introducir cambios en los costes previstos inicialmente. El principal problema técnico surgido en las obras se concreta en el enlace de la CV-35 con la A-7, el bypass o autovía de circunvalación de Valencia.
El proyecto ha tenido que modificarse para llegar a un acuerdo con la demarcación de carreteras del Estado en Valencia, adscrita al Ministerio de Fomento, de la que depende el bypass. Al parecer, tal como estaban proyectadas inicialmente las obras de la CV-35 no permitían un enlace correcto con la A-7, por lo que será necesario consensuar el modificado con la demarcación de carreteras del Estado. Asimismo, fuentes de la conselleria explican que también se han producido otros problemas técnicos, fundamentalmente a causa de las actuaciones en los colectores afectados por la ampliación de las dos calzadas. Pese a la actividad que se produjo antes del verano en la autovía, desde hace varios meses las obras se encuentran prácticamente paralizadas.
En algunos medios empresariales del sector de la obra pública se ha dado por hecho en las últimas semanas una falta de acuerdo entre la adjudicataria y la conselleria, así como que la primera trataba de renegociar el importe económico del contrato al no estar clara la rentabilidad del mismo. Desde la conselleria se precisó ayer, a este respecto, que en el supuesto de que la concesionaria plantee una renegociación, será necesario evaluarla previamente. Sacyr, por su parte, no ha facilitado a este diario su versión acerca de la situación de las obras. Según la conselleria, en el supuesto de que no pudiera mantenerse la fecha inaugural para fin de año, se espera que como muy tarde la apertura se produzca en enero o en febrero.
El contrato del peaje en sombra de la CV-35 supone una inversión de 450 millones de euros, que debe desembolsar la empresa a lo largo del periodo de concesión, inicialmente previsto para 35 años. El primer paquete de actuaciones que contempla el contrato a cargo de la concesionaria es la ampliación de la autovía a tres carriles por sentido entre la Pobla de Vallbona y el cruce con el bypass, así como el desdoblamiento entre Llíria y Casinos y la construcción de un nuevo trazado de la carretera desde Casinos hasta Losa del Obispo. Cuando la adjudicataria entregue estas obras comenzará el régimen de concesión, en el que la Generalitat abonará a la concesionaria un canon cuya cuantía dependerá de la cantidad de vehículos que circulen por la CV-35 entre Valencia y Losa del Obispo. A cambio, la concesionaria costeará el mantenimiento de la infraestructura.
Fuente levante-emv.com
Hemeroteca de L'Eliana Participativa, por el Desarrollo Sostenible y la Modernización.
lunes, octubre 29, 2007
La Conselleria de Infraestructuras reconoce la existencia de problemas técnicos en las obras de la autovía Valencia-Llíria (CV-35)
El laberinto de la CV-35
EDITORIAL Levante-EMV 29-10-2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario