No cabe duda que la noticia de la semana ha sido:
“La
contaminación sí mata”
Ante las desafortunadas
declaraciones de Díaz Ayuso, Presidenta
de la Comunidad de Madrid, por negar que la contaminación mata al asegurar
que "no se va a morir la gente"
por la contaminación ambiental, la reacción nacional e internacional ha sido
unánime: “La contaminación sí mata”.
El Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM), con motivo de la celebración
de la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), emitía un comunicado en el que
confirmaba que en Madrid se producen 5.000 fallecimientos anuales relacionados
con la contaminación ambiental.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha realizado
un comunicado para contradecir a la Presidenta y demostrar que el cambio
climático y la calidad del aire es importante y determinante para los seres
humanos. Un estudio indica que cerca de 93.000 personas fallecieron en España
por la contaminación en la última década. La contaminación del aire causa
10.000 muertes al año, frente a los 1.700 fallecidos por accidentes de tráfico.
Concretan especialmente que las partículas pequeñas procedentes del diésel y
otros elementos comunes en la contaminación del tráfico acortan la vida de
miles de personas cada año. Favorecen graves problemas pulmonares, cardíacos,
del desarrollo del sistema nervioso en los fetos, de desarrollo cognitivo y
rendimiento en los niños que viven junto a vías con mucho tráfico, de
infertilidad e incluso podría estar influyendo en la aparición del alzheimer.
Un estudio dirigido por la
Escuela de Higiene y Medicina Tropical
de Londres y la Universidad de Fudan (China), indica que la exposición a la
contaminación del aire urbano puede aumentar el riesgo de mortalidad a corto
plazo en el caso de 652 ciudades de todo el mundo, entre que las que se
incluyen 45 españolas, como Madrid, Barcelona o Sevilla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce desde hace más de
30 años, que la calidad del aire puede causar también infarto cerebral, además
de enfermedades respiratorias que en la actualidad y en todo el mundo producen cada
año un mínimo de 7 millones de fallecimientos.
Según la ONU, el sector del
transporte mundial representa casi un cuarto de las emisiones de dióxido de
carbono, una proporción que va en aumento y que son las causantes de estas
muertes prematuras.
El Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro
Duque, ha asegurado que se puede “medir
fehacientemente la reducción en la esperanza de vida causada por contaminación,
y las políticas públicas deben estar siempre basadas en las certezas que solo
da la ciencia”.
Díaz Ayuso ha quedado en
ridículo no queriendo generar una Alarma de Salud Pública, y potenciando la
actual Alarma de Emergencia Climática, junto a la actual desconfianza ante
cierta “Clase Política Negacionista”.
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