Gran tamaño. Ejemplar capturado en l´Eliana con una moneda de un euro que permite apreciar sus dimensiones. Sergio Montagud
La presencia de avispas gigantes en una urbanización de l'Eliana ha desatado el pánico entre los vecinos de la zona. Con cinco centímetros de longitud, estos insectos son cuatro veces más grandes que las avispas comunes.
Rafel Montaner, Valencia
Varios vecinos de una urbanización de l'Eliana se han visto sobresaltados por la presencia en los jardines de sus viviendas de avispas gigantes que, con sus cinco centímetros de longitud, son cuatro veces más grandes que las avispas comunes. "Solo pensar que pudiera formarse un enjambre de estos avispones en el patio de casa... me aterroriza, sinceramente", relata una vecina que pudo capturar un ejemplar de estas avispas de gran tamaño.
La mujer, que nunca había visto nada igual, explica que encontró al avispón como aletargado, con las alas desplegadas, sobre las baldosas de una terraza. "Desde lejos me pareció un pajarillo pequeño, que quizás había atrapado mi gata de un nido. Pero cuando me di cuenta de que era una avispa enorme, menudo susto me llevé", añade. Su marido cogió el insecto con unas pinzas de barbacoa, lo metió en un tarro de cristal y lo trajo a Levante-EMV convencido de que se trataba de "un bicho raro".
Este diario ha puesto el espécimen capturado en l'Eliana a disposición de los investigadores de Fundación Entomológica Torres Sala, entidad que administra el Museu Valencià d'Història Natural, quienes han dictaminado que esta avispa es una hembra de la especie Megascolia maculata, el mayor himenóptero de Europa.
El entomólogo Sergio Montagud, experto de la Torres Sala que ha realizado la ficha de la Megascolia para el Banco de datos de Biodiversidad de la Comunitat Valenciana de la Conselleria de Medi Ambient explica que la Megascolia maculata "era muy frecuente en las zonas de agricultura tradicional de l'Horta y del Camp de Túria, pero su presencia ha ido descendiendo conforme se han abandonado los cultivos". Montagud relata que, aunque casi son inofensivas -"sólo las hembras disponen de aguijón y es extraño que piquen sino se les molesta o se les intenta agarrar"-, cada vez que aparecen juntos varios ejemplares, "la gente se asusta ante el miedo de que vayan a formar un panal, temor que es del todo infundado porque se trata de avispas solitarias".
Eso mismo fue lo que sucedió el año pasado en el antiguo Hospital Militar de Quart de Poblet, desde donde alertaron a la Fundación Torres Sala ante la presencia de muchas Megascolia. El especialista en insectos señala que estas avispas son ectoparásitas, es decir, que viven en la superficie de otro organismo, como el piojo o el mosquito. Su objetivo preferido son las larvas de coleópteros como el escarabajo rinoceronte (Oryctes nasicornis) "que son buscadas activamente por las hembras para servir de sustrato a su descendencia".
La hembra de la Megascolia maculata, que se diferencia por tener la parte frontal de la cabeza de color naranja rojizo y ser de mayor tamaño, "paraliza mediante su aguijón a las larvas huéspedes, que inmediatamente cesan su desarrollo. Sobre ella depositan un huevo que dará lugar a una larva ya muy desarrollada que se alimentará, bajo el suelo, de la larva paralizada del coleóptero". Los escarabajos rinoceronte alojan sus larvas en tocones de árboles talados, "principalmente naranjos, frutales y otros árboles de jardín a excepción de los pinos y demás resinosas". En el hospital lo que sucedió es que "habían cortadoárboles tiempo antes y tenían era una plaga de coleópteros".
Raras en las zonas urbanas
Así pues, esta avispa "es muy dependiente de las poblaciones de Oryctes nasicornis, por lo que el empleo de pesticidas, la retirada de escombros vegetal y abonos naturales, extracción de tocones y el abandono de las prácticas tradicionales agricolas, especialmente en las grandes urbes, ha producido en los últimos años un descenso en la población de este coleóptero que ha debido afectar con seguridad a las del himenóptero", apunta Montagud. No obstante, en las zonas rurales, añade, "aún se mantienen importantes núcleos de Oryctes que pueden mantener poblaciones de Megascolia maculata". El especialista de la Fundación Torres Sala informa de que esta especie "no es agresiva porque no tiene un panal que defender, como las avispas o las abejas". La hembra, si se le molesta, puede defenderse con el mismo aguijón con el que paraliza a las larvas de Oryctes, pero el macho, aunque como los zánganos no dispone de aguijón, "sí tiene mandíbulas, y fuertes, con las que puede producir una fuerte mordedura". La picadura de Megascolia, en caso de que se produzca, "no tiene más consecuencias que la de una avispa común", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario