M. RODRÍGUEZ, VALENCIA, lasprovincias.es
Un avión sobrevolando Valencia. / Ángel Díaz
Un grupo de vecinos ha salido a cenar a la calle para combatir el intenso calor de agosto. Cada familia aporta un plato, algunos los aperitivos, otros las bebidas y los postres. Un ruido mecánico irrumpe en la noche. Miran hacia el cielo y ven un coloso metálico aproximarse hacia la tierra. Ya lo conocen. A él y a los de su especie: son aviones comerciales que, según estos residentes, aterrizarán en pocos minutos en el aeropuerto de Manises. Esos ciudadanos no están en la localidad de l'Horta, sino en Llíria, a 16 kilómetros en línea recta de la pista en la que la nave tomará tierra.
"Afortunadamente, los vuelos comerciales se interrumpen como mucho a medianoche, por lo que no padecemos ruidos en la madrugada", comenta aliviado Pedro, un vecino que reside en Pla de l'Arc, en la periferia de Llíria hacia el norte. Los residentes edetanos están sufriendo desde hace meses el mismo problema que viene denunciando insistentemente Valencia.
La diferencia es que mientras la gran urbe prácticamente linda con Manises, Llíria está a 16 kilómetros en línea recta, aproximadamente, del aeropuerto donde los aviones aterrizan. Valencia lideró la lucha con el ruido aéreo cuando los vecinos de los barrios del sur comenzaron a denunciar las múltiples molestias por el paso de las naves a escasos metros de sus viviendas. Los afectados se entrevistaron hace alrededor de dos años con el Ayuntamiento y con la dirección de AENA para exigir soluciones urgentes por un problema que continúan sufriendo en la actualidad.
Ahora el proceso se inicia lejos de la capital. Los vecinos de Llíria consultados ayer por LAS PROVINCIAS empiezan a acostumbrarse por el paso de aviones a baja altura por encima de sus casas, pero aún no salen de su asombro.
"Antiguamente nos sobrevolaban aeronaves, pero eran militares, mientras que ahora se trata de vuelos comerciales", relata Pedro. Si los vecinos están asombrados, el Ayuntamiento de Llíria tampoco se explica el paso de aviones por la población, situación que no les había pasado inadvertida.
"Nosotros somos los primeros sorprendidos, por lo que vamos a preguntar qué pasa a AENA antes de tomar cualquier otra decisión", declaró Ángel Civera, portavoz municipal del PP, que gobierna con mayoría absoluta en la cabecera de Camp de Túria.
Desde la oposición, los independientes de Iniciativa per Llíria exigen que el Ayuntamiento vaya más lejos. El portavoz de esta agrupación, Paco García, reclama al gobierno edetano que presente una queja formal ante AENA, el delegado del Gobierno y el Ministerio de Fomento. "Los vecinos han comprobado este verano cómo la tranquilidad del cielo y del espacio aéreo de la localidad se han visto alteradas por las rutas comerciales de Manises".
Peligro potencial
García resaltó el "malestar y la preocupación" que se ha desencadenado entre los vecinos de Llíria. El concejal que el paso de los aviones supone "un peligro potencial ante la posibilidad de que se produjese una tragedia como la sucedida recientemente en Barajas".
El regidor edetano resaltó que los aviones que pierden altura sobrevuelan el barrio de Pla de l'Arc. Paco García afirmó, no obstante, que algunas de las naves que parten del aeródromo de Valencia pasan por encima del monte de Sant Miquel, ya fuera del casco urbano en la salida hacia Vilamarxant.
Estas naves vuelan al borde de la normativa, pues el mapa estratégico del ruido del aeropuerto que actualmente está en vigor no fija el casco urbano de Llíria dentro de los pasillos para el despegue.
Las quejas de los vecinos de Llíria llegan un día después de que una asociación de residentes de l'Eliana haya amenazado públicamente con denunciar a AENA y al Ministerio de Fomento en el caso de que los aviones no dejen de sobrevolar 5.000 chalés instantes después de haber despegado de Manises.
La Asociación de Vecinos de Montesol y Adyacentes engloba a los primeros ciudadanos que presentan quejas formales por ruidos y sensación de inseguridad generados por aviones que despegan fuera de los pasillos aéreos delimitados por el mapa del ruido del aeropuerto de Manises.
Los afectados aseguran que alrededor de 40 aviones sobrevuelan cada día los chalés entre las 6 de la mañana y las 4 de la madrugada siguiente. Son, por lo tanto, apenas dos las horas de tranquilidad, según los afectados. "Por aquí no pasan tantos", quiso remarcar Ángel Civera al referirse al caso de Llíria.
Las quejas que ahora afloran en Camp de Túria se habían intensificado en l'Horta en los últimos meses. En Torrent, Mislata, Xirivella o Quart viven con resignación desde hace años el paso de aviones a baja altura. Pero ha sido desde la ampliación del aeropuerto y el incremento de vuelos cuando han arreciado las críticas.
"Ni siquiera nos escuchamos"
"Dicen que el ruido de los aviones no afecta a Torrent, pero cada vez que pasa uno ni siquiera nos escuchamos", asegura una vecina del centro de la ciudad.
En Aldaia, además de las quejas por el paso de aeronaves, los vecinos se lamentan de que de madrugada se escucha el ruido de los motores mientras se revisan los aviones, "y no nos deja dormir".
La alcaldesa del municipio, Empar Navarro, ya criticó que muchos vecinos se habían quejado porque estos ruidos se habían intensificado desde la ampliación del aeropuerto de Manises.
Este es precisamente el momento en el que los vecinos de l'Eliana fijan el inicio de los vuelos sobre las urbanizaciones de Montesol y Entrepins. El alcalde, José María Ángel (PSPV), se ha comprometido a acompañar a los afectados a una reunión con el delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, para exigirle que los aviones no pasen por el municipio.
El resto de los municipios que se quejan por los ruidos o la sensación de inseguridad mirará expectante hacia ese encuentro. Si los vecinos de l'Eliana se salen con la suya y los aviones dejan de sobrevolar los 5.000 chalés que se estima que hay en las dos zonas residenciales, se habrá creado un precedente.
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