«L'Eliana es como una familia, unos no pueden ir con zapatos de charol y otros con alpargatas».Pepe Calatayud. Vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Montesol y Adyacentes.
J. JAVIER BELMONTEPepe (en la foto, a la derecha), nuestra relación es algo especial, te considero como un padre. Hace 42 años, coincidiendo con la segregación de L'Eliana del municipio de La Puebla, elegiste la colonia de Montesol como segunda residencia. Mis suegros dos años después y antes de que se instalara la Central de Transformación Eléctrica eligieron una zona despoblada para realizar una transformación agraria de secano a huerta de naranjos, hoy ocupada por las urbanizaciones de la Viña y Entrepinos. Mi mujer esperaba con impaciencia la llegada del verano para coger la bicicleta, pasar por Montesol, recoger a tu hija, amiga de la infancia y compañera de colegio en Valencia, recorrer las calles polvorientas de L’Eliana hasta la Torre del Virrey y tomarse una horchata con fartons en el Torrent.
Menuda la que has liado, los políticos andan preocupados desde que se te ocurrió proponer, como vicepresidente de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de Montesol y Adyacentes, que nos presentáramos a las próximas elecciones municipales como Agrupación de Electores.
Conversando en el jardín de tu chalet situado en lo más alto de Montesol, hablando de este hecho llegamos a la conclusión de que la economía condiciona el aspecto social y ambiental. Repasamos la historia de L'Eliana desde su origen labrador y feudal en 1594 cuando los Carmelitas Calzados se instalan en estas tierras con unos cuantos labradores para que les trabajen la huerta. Esta situación se mantiene prácticamente estable hasta 1915 cuando el Marqués de Cáceres vende las tierras a los arrendatarios.
En 1959 (año de segregación de La Puebla) se inicia un proceso de desarrollo urbanístico y de servicios bajo el lema de la época "Mi trabajo en la ciudad mi descanso en L'Eliana" .
En los últimos 20 años no se ha sabido o querido equilibrar la actual explosión urbanística y nos encontramos con un desarrollo económico poco sostenible y con fuerte impacto social y ambiental, unido a un desequilibrio territorial desde el punto de vista dotacional de servicios y del contribuyente. Recibe menos quien más contribuye.
No me extraña que destapes la olvidada figura del "chaletero" a pesar de haber elegido L'Eliana, desde hace diez años, como tu residencia definitiva.
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