lunes, septiembre 15, 2003

El Sol, vida o muerte

«Cuando desciende el Sol de la cultura, hasta los enanos proyectan largas sombras.»
Anónimo


J. JAVIER BELMONTE
Mientras observaba los alegres e inocentes juegos infantiles de los niños con el agua, ajenos a la sofocante y persistente ola de calor que todos hemos sufrido durante este verano, recapacitaba sobre el concepto de Desarrollo Sostenible.


¡Cada vez estamos más lejos para alcanzarlo, esto es insostenible!


¿Qué futuro estamos construyendo para nuestros hijos y las futuras generaciones?

Desarrollo, progreso, calidad de vida, bienestar, futuro, integración equilibrada con la naturaleza. Palabras huecas utilizadas por políticos cortos de miras, que proyectan largas sombras. Unos hablan pero no escuchan, otros si escuchan hacen oídos sordos y de aquellos que no quieren oír, algunos ocultan intereses inconfesables. Lo peor aquellos que sucumben ante los oportunistas, los del pelotazo, aquellos que no les importaría agotar a la gallina de los huevos de oro, pan para hoy y hambre para mañana.


¿Porqué los políticos no escuchan a los científicos?
Científicos de todo el mundo, hace tiempo que dieron la voz de alarma. No nos tiene que sorprender esta persistente y sofocante ola de calor veraniego. Estamos sufriendo las consecuencias acumuladas, sobre todo, de los últimos 50 años de desarrollo. Lo peor, que los propios científicos, ante la impasibilidad de los políticos, se están sorprendiendo de la aceleración que se está produciendo en el cambio climático. Están actualizando sus previsiones a la realidad que siguen observando. Nuestra civilización (durante los últimos 10.000 años) no ha conocido variaciones de temperatura media superiores a 2º C. Las previsiones para los próximos años, que eran de un aumento hasta de 3,5º C, han tenido que corregirlas hasta 5,8º C.


El Sol, fuente de energía y vida (La energía solar que llega a la tierra en un año, garantizaría el consumo mundial de energía para 4.500 años), puede convertirse, ante la interferencia del hombre, como los amores que matan, en el peor de sus enemigos.

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