sábado, noviembre 15, 2003

El compromiso solidario


«El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo».
Antoine de Saint-Exupery.

J. JAVIER BELMONTE
A la persona se le conoce, en profundidad, solo en los momentos difíciles. Hasta ese momento, tenemos una imagen de su personalidad, que coincidirá con la realidad, en función de la autenticidad de sus manifestaciones anteriores.

Cuando nos encontramos con un obstáculo en la vida, en los demás, por su reacción, podremos encontrar la solidaridad o confirmar una verdadera amistad, o podremos descubrir con sorpresa la hipocresía e incluso una amarga traición. Pero sobre todo, nos descubriremos a nosotros mismos, enfrentándonos a partir de ese momento a nuestras propias miserias o grandezas.

Solidaridad con aquél que no puede salvar los obstáculos, que entre todos, nos vamos poniendo delante.

Un obstáculo en el camino no nos afecta a todos por igual, es más a algunos ni les importa ni se preocupan cuando ponemos o permitimos obstáculos insalvables para otros.

Los obstáculos interfieren en la movilidad y la accesibilidad de las personas, con una mayor incidencia en aquellas que tienen reducida su capacidad para poderse mover, dificultando, estorbando e incluso impidiendo la posibilidad de tener acceso a su destino, al encontrarse con barreras físicas o sicológicas insalvables para su propia capacidad.

El compromiso político de mejorar la movilidad y la accesibilidad, ha de ser un compromiso solidario con el más débil.

La debilidad de una cadena depende del eslabón más débil.
La ausencia de obstáculos es el primer paso para mejorar la movilidad y la accesibilidad de todos. La ausencia de barreras arquitectónicas, aceras peatonales despejadas de obstáculos en todas las calles, pasos peatonales claramente señalizados y limitados en su longitud al paso de un solo vehículo que impida su aparcamiento en el mismo, calzadas con un ancho que impida el aparcamiento en doble fila o peatonalizadas, etc.

Quizás sería conveniente que nuestros responsables políticos se dieran una vuelta por L'Eliana en silla de ruedas para observar la realidad.

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