martes, octubre 25, 2005

María José Marco. Ensoñación plástica

En el estudio de L’Eliana, abierto a la terraza y a los árboles, a primera hora de la mañana. Por la luz, es la hora preferida por la artista valenciana. En la Sala de Exposiciones del Palau de la Música de Valencia, se muestra la pintura de ese mundo insólito donde los restos de comida, las hojas desechadas de hortalizas, granos de cereales y cortezas de naranja o limones (por ejemplo), son punto de partida para la personalísima creatividad de María José Marco.
Lienzos de un luminoso neobarroquismo con múltiples veladuras, que logran vibrar por la sabia combinación de tonos. Sinfonía de colores en que se transforman las pieles de mandarina, de plátanos o de peras; ‘bodegones’ que nada tienen en común con el realismo tópico de las composiciones así calificadas.
La obra de María José Marco parece confirmar el postulado de Mario Benedetti : ‘La imaginación se organiza mediante la estricta prolongación de las coordenadas de la realidad’. Con harta frecuencia descubre en los residuos orgánicos elementos valiosos por su textura o color. Si el motivo le atrae –cuenta– lo fotografía después de añadir pétalos de rosa, de geranios o briznas de hierbas. Y siguen las electrografías, las ampliaciones, las proyecciones y un tiempo de elaboración mental, ya que la idea la acompaña y se desarrolla hasta que se enfrenta ante el lienzo en espera de ese momento mágico, ‘‘cuando pinto y pinto persiguiendo la luz y la armonía’’.
Fiel y coherente en la proyección pictórica, desde sus primeros paisajes : minúscula vegetación que brotaba en la oquedad de una roca o al lado de un bajante que cruza un muro en ruinas, siempre ha mostrado la inclinación humilde por el tema y la simplificación del tratamiento, pero sin perder la idea comunicativa que le brindaba la realidad. Ha transcurrido más de una década y huyendo siempre de modas e ismos, su elaboración enriquecida sigue alimentándose por lo minimalista y cotidiano. Ahora nos presenta pieles de uva como metáfora de lluvia o anillos evanescentes, que nacieron de unos ajos tiernos.

Arte con poesía.

MARÍA ÁNGELES ARAZO

EDICIÓN IMPRESA
Las Provincias

el mirador

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