En estos días que se acerca la Navidad, un poco menos luminosa para ahorrar energía, ante la amenaza del cambio climático, quizás comiendo conejo como comida alternativa al pavo, ante la subida de los alimentos básicos, y pensando como afrontar la hipoteca del próximo año, quiero no solo desearos que paséis unas tradicionales y felices fiestas, sino lo que realmente espero es que sigáis buscando la felicidad entre las personas que os rodean y que realmente os quieren.
Javier Belmonte
2 comentarios:
Gracias, igualmente, yo espero que descubras la felicidad que supone consumir lo mínimo en Navidad, venciendo al bombardeo mediático.
La verdad es que los tiempos que se avecinan va a desgraciar a más de uno, pues más de uno se cree que la felicidad está en gastar, sea o no necesario. ¡Pobrecillos! La felicidad es para el que se la sabe buscar. Y el camino consumista no es el bueno, aunque lo vean con buenos ojos los que mandamases, ya que les resulta provechoso, muy provechoso. Por ejemplo, la felicidad no
está –aunque muchos se lo crean, a juzgar por la orientación de sus votos en las elecciones- en la visita del Bene, en la copa del América, en el nuevo estadio valencianista, ni siquiera en el circuito de Fórmula Uno. La felicidad está, o por lo menos contribuye a no crear mala sangre, en terminar de una puñetera vez las obras de la autovía de Ademúz y en ofertar un servicio de transporte público adecuado: mayor frecuencia de metro y autobúses a su paso por L’Eliana. Lo demás es papanatismo y tercermundismo.
RAFA PRATS
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