"De mis disparates de juventud lo que más pena me da no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos."
Pierre Benoit
Pierre Benoit
J. JAVIER BELMONTE
Estos jóvenes que están dispuestos a integrarse en el sistema y que no entienden, porqué otros, en una oleada desde París hacia toda Europa, se dedican a quemar coches; con la impaciencia propia de su juventud, tampoco entienden que las "cosas de Palacio vayan tan despacio".
Reproducimos a continuación lo que me publicaron en abril de 2002 en otro periódico de L'Eliana, trás el cierre de los locales de ensayo:
'El ocio de la juventud siempre ha molestado y molesta a la “Sociedad adulta”. En estos momentos parece que se vaya a la caza y captura del joven. La mayoría de los responsables políticos no están dispuestos a autorizar una fiesta multitudinaria a la que tan aficionados son los jóvenes, por si acaso tuvieran que salir en los medios de comunicación dando explicaciones de un posible tráfico y consumo de pastillas. Por otro lado se les veda el botellón y para completar el cuadro se les acusa de falta de civismo y fracasar escolarmente, mientras se les multiplican las barreras para obtener unos títulos que les permita integrarse en nuestro “mundo adulto”.
En este proceso no es bueno que nos olvidemos de nuestra propia juventud. Nuestra generación y la de la mayoría de los actuales responsables del mundo económico, financiero, social, académico y político vivió con intensidad una época que discurrió entre Mayo del 68 y la muerte de Franco. Una época a nivel internacional marcada por los Beatles, el pelo largo como símbolo de rebeldía, la guerra del Vietnam, los hippies, el porro, el amor libre y sobre todo por los macroconciertos de la Isla de Wight donde más de 500.000 jóvenes se reunían para ver y escuchar a Bob Dylan, Joan Baez, Leonard Cohen, Joe Cocker, Jimi Hendrix, The Doors o The Who. Una época a nivel nacional marcada por el fin agónico del anterior régimen político cuyo apogeo en Valencia se vivió a través de la sonada carga a caballo de la policía montada contra los estudiantes por las escaleras de la Facultad de Medicina, mientras los jóvenes de bachillerato realizábamos sentadas en corro en el patio del Instituto por cualquier motivo cantando con nuestras guitarras canciones protesta de Lluis Llach, Labordeta o “Unidos en la lucha, No, no, no nos moverán! Como un árbol firme junto al río No nos moverán” de Joan Baez hasta que salíamos corriendo ante la llegada de los “Grises”.
Estos jóvenes que están dispuestos a integrarse en el sistema y que no entienden, porqué otros, en una oleada desde París hacia toda Europa, se dedican a quemar coches; con la impaciencia propia de su juventud, tampoco entienden que las "cosas de Palacio vayan tan despacio".
Reproducimos a continuación lo que me publicaron en abril de 2002 en otro periódico de L'Eliana, trás el cierre de los locales de ensayo:
'El ocio de la juventud siempre ha molestado y molesta a la “Sociedad adulta”. En estos momentos parece que se vaya a la caza y captura del joven. La mayoría de los responsables políticos no están dispuestos a autorizar una fiesta multitudinaria a la que tan aficionados son los jóvenes, por si acaso tuvieran que salir en los medios de comunicación dando explicaciones de un posible tráfico y consumo de pastillas. Por otro lado se les veda el botellón y para completar el cuadro se les acusa de falta de civismo y fracasar escolarmente, mientras se les multiplican las barreras para obtener unos títulos que les permita integrarse en nuestro “mundo adulto”.
En este proceso no es bueno que nos olvidemos de nuestra propia juventud. Nuestra generación y la de la mayoría de los actuales responsables del mundo económico, financiero, social, académico y político vivió con intensidad una época que discurrió entre Mayo del 68 y la muerte de Franco. Una época a nivel internacional marcada por los Beatles, el pelo largo como símbolo de rebeldía, la guerra del Vietnam, los hippies, el porro, el amor libre y sobre todo por los macroconciertos de la Isla de Wight donde más de 500.000 jóvenes se reunían para ver y escuchar a Bob Dylan, Joan Baez, Leonard Cohen, Joe Cocker, Jimi Hendrix, The Doors o The Who. Una época a nivel nacional marcada por el fin agónico del anterior régimen político cuyo apogeo en Valencia se vivió a través de la sonada carga a caballo de la policía montada contra los estudiantes por las escaleras de la Facultad de Medicina, mientras los jóvenes de bachillerato realizábamos sentadas en corro en el patio del Instituto por cualquier motivo cantando con nuestras guitarras canciones protesta de Lluis Llach, Labordeta o “Unidos en la lucha, No, no, no nos moverán! Como un árbol firme junto al río No nos moverán” de Joan Baez hasta que salíamos corriendo ante la llegada de los “Grises”.
Publicado en L'Eliana 2000 http://www.leliana2000.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario