Serge Latouche, profesor emérito de economía de la Universidad de París
J. JAVIER BELMONTE (*)
En noviembre de 2003, la edición española de Le Monde Diplomatique, publicó un artículo de Serge Latouche, profesor emérito de economía de la Universidad de París, titulado: "Por una sociedad de decrecimiento", desde entonces, este asunto ha pasado a ser tema de debate cada vez más extendido y con número creciente de seguidores.
Los precedentes de esta nueva tendencia hay que buscarlos en 1971, cuando el economista americano de origen rumanés, Nicholas Georgescu publicaba una investigación sobre la relación entre la física, la economía y la ecología en la cual mostraba la contradicción de la teoría económica del crecimiento mostrando que sólo el decreciente, es factible en el mundo finito que es la realidad de nuestro planeta.
Serge Latouche es contundente en sus manifestaciones: "Europa ha crecido en 200 años, treinta veces, ¿somos hoy treinta veces más felices?". Eso sí, consumimos 20 o 30 veces más, lo que conduce a una colosal presión sobre los recursos naturales hasta agotarlos. La Tierra tiene una superficie finita y medible para sostener a la humanidad de alimentos, energía y recursos, en la actualidad corresponde a 1,8 hectárea por persona. Pero estamos hablando de un crecimiento y desarrollo desequilibrado, un 20% de la humanidad consume el 86% de los recursos naturales. Un español consume 4,5 hectáreas al año, "si todos los habitantes del planeta vivieran como los españoles harían falta dos planetas y medio para sustentarlos", viviendo como los franceses se consumirían tres planetas y como los estadounidenses seis.
El Desarrollo Sostenible es algo pernicioso
Con un crecimiento, que según todos los cánones económicos parece lo más aceptable y necesario, del 2% anual, en el 2050 la humanidad necesitaría 30 planetas como la Tierra para sostener dicho crecimiento. Con estos argumentos el movimiento del decrecimiento, nos advierte sobre el llamado "Desarrollo Sostenible" y como "se ha convertido en el concepto más pernicioso desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, Brasil en 1992".
Otra de las batallas plateadas por los seguidores del decrecimiento es hacia la publicidad, "en papel supone 50 kilos de bosque por persona y año".
Medidas a adoptar para el Decrecimiento
Medidas prácticas que pueden adoptar las personas interesadas en profesar el decrecimiento:
Enlaces de interés:1. Volver al nivel de producción de los años setenta, con una huella ecológica igual a un planeta.
2. Disminuir costes en el transporte de todas las mercancías.
3. Relocalizar actividades y situar la producción más cerca del consumidor.
4. Agricultura cercana a la población.
5. Adoptar medidas para reducir el despilfarro energético y los desechos.
6. No dejarse llevar por la publicidad.
7. Reorientar la investigación científica y técnica hacia estas aspiraciones.
8. Adoptar un estilo de vida frugal que reduzca nuestra adicción al consumo.
9. Fomentar la democracia participativa.
10 Fomentar la relación social y el respeto y adaptación al medio ambiente.
¿Nos habrán engañado?
"Quizás debemos vivir de forma más simple para simplemente que los demás puedan vivir"
Ghandi
J. JAVIER BELMONTE (*)
A punto de entrar en primavera en un fin de semana aireado, a la solana de una tranquila y refugiada ensenada protegida de los vientos del norte por la majestuosidad del macizo Montgó, tomando café después de comer y mientras leía la contraportada de un periódico (en algunos lo más interesante viene en la última página), a mis cincuenta años, las palabras de un catedrático francés de economía me rompían esquemas que hasta ese momento creía incuestionables, y que inducían a preguntarme, ¿Nos habrán engañado?. En estas páginas de L'Eliana 2000, he escrito, difundido y defendido la bondad y necesidad de un desarrollo sostenible, pero una sola pregunta bastaba, para empezar a cuestionarme lo hasta ahora dicho. ¿Podemos seguir creciendo hasta el infinito en un planeta finito?
Los argumentos de los partidarios del "Decrecimiento", a priori, pareciendo radicales y utópicos, a la vez son razonados y contundentes. Hablando con mi amigo Pepe, sobre este tema le realicé una simplificación del modelo que los seguidores de Latouche pretenden corregir. Imagínate la humanidad como cinco hijos sentados alrededor de la mesa con una tarta en medio que simula el conjunto de todos los recursos de la Tierra. Imagínate que antes de repartirla en cinco porciones como siempre hubieras hecho, dando cuatro porciones a tu hijo predilecto y una sola porción para sus cuatro hermanos, dijeras a los que comparten la quinta parte de la tarta, a partir de hoy compartiréis solo la mitad de vuestra porción y la otra mitad será para mi hijo predilecto por que está en plena edad de crecimiento.
Los seguidores de este movimiento advierten que el desarrollo sostenible nos impide, como si de un espejismo se tratara, reconocer que estamos dejando un desierto estéril, que queda tras nuestros pasos. Pretenden la reflexión para empujar a la humanidad hacia una verdadera democracia participativa que fomente la relación social y la adaptación al medio, con una búsqueda de la felicidad basada en la simplicidad voluntaria y en el desprendimiento de lo inútil. Como dice Latouche parafraseando al poeta Castoriadis: "Prefiero adquirir un nuevo amigo a un nuevo coche".
Evidentemente a estas alturas de la vida, no voy a cambiar el coche por uno de caballos, ni la lámpara por un candelabro. Pero como ya le he comentado a algún responsable del Ayuntamiento, se impone una reflexión política de hacia donde vamos.
Fuente http://www.leliana2000.com
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