Un vecino de l´Eliana denunciará a la Policía de la comisaría de Ciutadella, en la isla de Menorca, tras permanecer cerca de 21 horas detenido y encerrado en un calabozo acusado de unos crímenes que no había cometido. Los hechos tuvieron lugar el pasado 31 de agosto, cuando los agentes arrestaron en un hotel y en presencia de su familia a José Luis G. E., de 48 años y desde hace dos meses con una orden de busca y captura para ser extraditado a Italia. Efectivamente, éste y otros datos identificativos facilitados por la policía transalpina pertenecían al vecino de l´Eliana, pero no era él.
El problema está en que tres años atrás José Luis sufrió un robo en su casa en el que, entre otras cosas, los ladrones se llevaron su pasaporte. Pese a que que existe una denuncia por aquel robo, no impidió que los policías de Ciutadella le hicieran pasar «uno de los peores días de mi vida», como relató ayer a este diario. «No me esposaron por mis hijas» A las 21.30 horas del 31 de agosto José Luis volvía al hotel en el que estaba hospedado junto a su familia después de haber hecho una llamada de teléfono en un edificio cercano. «Fue cuando vi a seis policías junto a mi mujer. Pregunté qué pasaba y un agente me dijo que por deferencia con mis hijas no me iban a esposar, pero que estaba detenido», asevera.
José Luis cuenta cómo fue trasladado a la comisaría, donde le interrogaron sin la presencia de un abogado: «Me preguntaban sobre nueve personas italianas, si los conocía, si había estado alguna vez en Italia... Yo no he estado allí y, por supuesto, no conocía a esas personas, así que firmé la declaración y les conté lo del robo del pasaporte para que lo comprobaran». «Suponía que iban a dejarme libre, pero no -agregó- . Me bajaron a otra estancia, me desnudaron, me cachearon y me metieron en una celda pequeñísima. Cuando les pregunté de qué me acusaban, dijeron que no lo sabían». La pesadilla sólo acababa de empezar. Al poco de entrar en la celda pidió algo de comer pero como había pasado la hora de la cena, uno de los agentes le dijo que «haría el favor de comprarme un bocadillo con mi dinero. Fue entonces cuando insistí en tratar de identificarme, en que me habían robado el pasaporte, en que llamaran al alcalde de mi pueblo o a la Guardia Civil, que me conocían». «Pero -apostilló-, cuando también les dije que conocía a gente de la isla, entre otras cosas porque hice la mili en Mahón, el policía se abalanzó sobre mí y empezó a gritarme y a decirme que le daban igual mis amigos. Fue cuando más miedo pasé y pensé de verdad que no iba a salir entero de allí», afirma.
La situación, ya de por sí difícil, la complicaba el hecho de que José Luis padece graves problemas de hernia discal por los que tiene una invalidez permanente y le obligan a medicarse contra el dolor a diario. En la comisaría, su esposa informó sobre este aspecto a la policía, «pero lo que hicieron fue insinuar que era una ingenua, que no sabía con quien estaba casada», señaló ayer la mujer. Así pasó José Luis toda la noche y todo el día siguiente hasta que, a las 18.30 horas del 1 de septiembre, fue puesto en libertad. Para ello fue necesario que con el cambio de turno entrase otro comisario y que la policía italiana envíase unas fotos del hombre que estaban buscando. Por supuesto, no era el vecino de l´Eliana.
El problema está en que tres años atrás José Luis sufrió un robo en su casa en el que, entre otras cosas, los ladrones se llevaron su pasaporte. Pese a que que existe una denuncia por aquel robo, no impidió que los policías de Ciutadella le hicieran pasar «uno de los peores días de mi vida», como relató ayer a este diario. «No me esposaron por mis hijas» A las 21.30 horas del 31 de agosto José Luis volvía al hotel en el que estaba hospedado junto a su familia después de haber hecho una llamada de teléfono en un edificio cercano. «Fue cuando vi a seis policías junto a mi mujer. Pregunté qué pasaba y un agente me dijo que por deferencia con mis hijas no me iban a esposar, pero que estaba detenido», asevera.
José Luis cuenta cómo fue trasladado a la comisaría, donde le interrogaron sin la presencia de un abogado: «Me preguntaban sobre nueve personas italianas, si los conocía, si había estado alguna vez en Italia... Yo no he estado allí y, por supuesto, no conocía a esas personas, así que firmé la declaración y les conté lo del robo del pasaporte para que lo comprobaran». «Suponía que iban a dejarme libre, pero no -agregó- . Me bajaron a otra estancia, me desnudaron, me cachearon y me metieron en una celda pequeñísima. Cuando les pregunté de qué me acusaban, dijeron que no lo sabían». La pesadilla sólo acababa de empezar. Al poco de entrar en la celda pidió algo de comer pero como había pasado la hora de la cena, uno de los agentes le dijo que «haría el favor de comprarme un bocadillo con mi dinero. Fue entonces cuando insistí en tratar de identificarme, en que me habían robado el pasaporte, en que llamaran al alcalde de mi pueblo o a la Guardia Civil, que me conocían». «Pero -apostilló-, cuando también les dije que conocía a gente de la isla, entre otras cosas porque hice la mili en Mahón, el policía se abalanzó sobre mí y empezó a gritarme y a decirme que le daban igual mis amigos. Fue cuando más miedo pasé y pensé de verdad que no iba a salir entero de allí», afirma.
La situación, ya de por sí difícil, la complicaba el hecho de que José Luis padece graves problemas de hernia discal por los que tiene una invalidez permanente y le obligan a medicarse contra el dolor a diario. En la comisaría, su esposa informó sobre este aspecto a la policía, «pero lo que hicieron fue insinuar que era una ingenua, que no sabía con quien estaba casada», señaló ayer la mujer. Así pasó José Luis toda la noche y todo el día siguiente hasta que, a las 18.30 horas del 1 de septiembre, fue puesto en libertad. Para ello fue necesario que con el cambio de turno entrase otro comisario y que la policía italiana envíase unas fotos del hombre que estaban buscando. Por supuesto, no era el vecino de l´Eliana.
Fuente Levante-emv
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