miércoles, mayo 27, 2009

Manises obligará a los aviones a virar más lejos para impedir el sobrevuelo de urbanizaciones



El aeropuerto solamente ha puesto en marcha 2 de las10 restricciones operativas que ya tienen Madrid y Barcelona

M. J. CARCHANO VALENCIA
Por imperativo legal, los valencianos deben estar tranquilos en sus casas y no escuchar ruidos molestos. El vecino que cuelga un cuadro el domingo por la mañana debe ser el único incordio. Y tienen que ser las Administraciones quienes logren el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, el Ejecutivo tiene verdaderos problemas con el aeropuerto de Manises por la cercanía de las pistas a los núcleos habitados.

Un debate hace varios años sobre la conveniencia o no de trasladar el aeropuerto a una zona menos poblada quedó zanjado cuando se proyectó la ampliación de las actuales instalaciones. Por este motivo, el sobrevuelo sobre núcleos habitados continuará indefectiblemente, por Xirivella o Quart de Poblet. En los aeropuertos de Girona, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife Sur está prohibido ese sobrevuelo.

Entre las restricciones operativas que pueden entrar en vigor en el aeropuerto de Valencia ya hay dos en marcha: la limitación de pruebas de motores y la restricción de uso de potencia reversa, un mecanismo que utilizan los pilotos para disminuir la velocidad en el aterrizaje y que dobla los niveles acústicos habituales.

En total, Aena está trabajando en 10 tipos de restricciones para disminuir los niveles de ruido, que ya tienen Madrid y Barcelona: se trata de la prohibición a determinadas horas de realizar pruebas de motor, el seguimiento con radares, los vuelos de entrenamiento, evitar el sobrevuelo de poblaciones, la restricción de la potencia reversa, limitar el uso de APU (una unidad auxiliar de potencia de los aviones), la restricción de determinadas pistas de despegue, el uso de pistas preferentes, utilizar un determinado procedimiento de despegue y, por último, respetar un ángulo de aproximación.

En otros aeropuertos, además, están restringidos algunos aparatos que no vuelan a Manises, como el famoso Yak-42, por cuestiones acústicas. Sí está permitido en toda España el Mc Donell Douglas, un avión que utiliza Spanair y que tiene mayor potencia y unos niveles acústicos más altos. En países como Suiza está prohibido.

Además del seguimiento con radares y la medición de los niveles acústicos (ya se ha puesto en marcha en Barcelona, Barajas y Palma de Mallorca y estará operativo en Valencia a finales de año) el aeropuerto de Manises tendrá un procedimiento de despegue. Es decir, los aviones deberán seguir unas instrucciones muy precisas para no sobrevolar núcleos urbanos.

El objetivo de esta medida es que las urbanizaciones de San Antonio de Benagéber, L'Eliana, Ribarroja y Paterna no sufran el continuo paso de aviones.
La medida obligará a las aeronaves a continuar durante más tiempo siguiendo en línea recta el ángulo de la pista de despegue para que el giro de los aviones se produzca más lejos y a mayor altura, lo que evitará el sobrevuelo de zonas habitadas y que molesten a los vecinos.

Aena todavía está estudiando esta medida, que ya se planteó en las reuniones del Grupo de Trabajo Técnico del Ruido, que desde el pasado año reúne a representantes del aeropuerto con los Ayuntamientos afectados. De momento, ya está claro que las mediciones del ruido y el seguimiento de los aviones con radares se pondrá en marcha, así como el procedimiento de despegue.

También se está estudiando la posibilidad de que haya un ángulo de aproximación de aterrizaje, para que los vecinos de las poblaciones que sobrevuelan los aviones (Xirivella, Mislata, Quart) no sufran tanto el ruido de los aparatos. Estas medidas ya se aplican en muchos aeropuertos, que iniciaron con anterioridad el mapa del ruido de la infraestructura, obligatorio por ley. Sin embargo, este mapa, que supone una radiografía de los efectos que causa el aeropuerto y los aviones en la población, se ha actualizado porque se habían utilizado datos de 2005.

Según el mapa del ruido del aeropuerto de Manises, cerca de 10.000 vecinos que viven en más de 3.000 viviendas de estos cinco municipios tienen que soportar ruidos por el paso de aviones que superan los 60 decibelios de día y los 50 de noche. En total, 14 colegios están expuestos a niveles de más de 55 decibelios.

lasprovincias.es

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