“¿Pero no ve que está entrando humo?, nos vamos a quemar ¡Abra la puerta!”.
"Próxima parada Bailén", se escucha por la megafonía interna del metro. Dos tardes a la semana cojo el metro de la línea 3 en Colón para hacer trasbordo a la línea 1 en Ángel Guimerá, ¡Vaya! hoy he vuelto a coger, sin darme cuenta, el metro destino Torrent en lugar de destino Mislata-Almassil, bajaré en Jesús para hacer el trasbordo a la línea 1.
En Jesús subo en un metro de la Serie 3600 renovada. ¡Qué casualidad!, en este momento recuerdo que el Director General de Transportes nos confesó en una reunión de representantes de asociaciones vecinales de diferentes municipios afectados por la línea 1, poco después del accidente del día tres de julio con el fatídico resultado de 43 muertos y 45 heridos. que este tipo de metro le estaba dando bastantes problemas, tras admitir que las inversiones en la adquisición de nuevos trenes para la línea 1 se habían retrasado tres años, ya que sus técnicos le habían recomendado renovar los trenes de más de veinte años de la serie 3600 para convertirlos en la serie 3600 renovada, todo ello ante mi manifestación de que las grandes inversiones realizadas a lo largo de los últimos años, de las que nos estaba informando, no habían sido percibidas por el usuario del metro y al que le quedaba una sensación de un servicio tercermundista.
Reunión con el Director General de Transportes
En Jesús subo en un metro de la Serie 3600 renovada. ¡Qué casualidad!, en este momento recuerdo que el Director General de Transportes nos confesó en una reunión de representantes de asociaciones vecinales de diferentes municipios afectados por la línea 1, poco después del accidente del día tres de julio con el fatídico resultado de 43 muertos y 45 heridos. que este tipo de metro le estaba dando bastantes problemas, tras admitir que las inversiones en la adquisición de nuevos trenes para la línea 1 se habían retrasado tres años, ya que sus técnicos le habían recomendado renovar los trenes de más de veinte años de la serie 3600 para convertirlos en la serie 3600 renovada, todo ello ante mi manifestación de que las grandes inversiones realizadas a lo largo de los últimos años, de las que nos estaba informando, no habían sido percibidas por el usuario del metro y al que le quedaba una sensación de un servicio tercermundista.
Reunión con el Director General de Transportes
Al pasar por la famosa curva del accidente, observo y percibo una sensación subjetiva de instabilidad ante una mayor sensación de oscilación en este tipo de vagón. Al llegar a la parada de Ángel Guimerá una amable señorita, con peto amarillo fluorescente, que forma parte de la nueva plantilla de 17 de agentes de información de metrovalencia que acompañan a los usuarios de la línea 1 “para subsanar dudas de los viajeros en caso de avería o parada del convoy”, y ante la aglomeración en la puerta se dirige a los usuarios para que avancen hacia el interior del vagón y así despejar la puerta, al llegar a Turia sus intentos son inútiles, el vagón ya va abarrotado.
¡No pasa nada!
Entre Beniferri y Empalme en la oscuridad del túnel se aprecia un fogonazo y el convoy se va deteniendo poco a poco. Todos nos quedamos mirando a la agente de información. “Hay llamas y chispazos por ahí abajo”, le dicen dos latinoamericanos sentados al lado de la ventanilla, “huele a quemado”, le dice una señora que antes había estado hablando con la agente, “los políticos deberían viajar en metro, para que vieran como vamos”, y la agente le contestaba “nosotros hacemos lo que podemos”. “Y eso que es un tren nuevo”, “no se confunda, no es un tren nuevo, es un tren viejo y renovado”, le digo al viajero de al lado. La agente llama por el móvil. “¿Pero no ve que está entrando humo?, nos vamos a quemar ¡Abra la puerta!”, se oye por el fondo. “¡No pasa nada!, no se preocupen, si ocurriera algo me ordenarían abrir la puerta”, dirigiéndose a todos. Ha pasado poco más de un minuto y el convoy se pone en marcha, quedan doscientos metros para el Empalme. Para en la estación y el maquinista avisa a todos los pasajeros que abandonen los vagones. ¡No pasa nada!
J. Javier Belmonte
La Línea 1 sufre dos nuevas averías
Otras dos unidades de las más antiguas se quedan paradas en Benaguasil y en Torrent
Metro de la Serie 3600
Otras dos unidades de las más antiguas se quedan paradas en Benaguasil y en Torrent
Metro de la Serie 3600
L. B./Voro Contreras, Valencia
La Línea 1 sufrió ayer dos nuevas averías en Benaguasil y en el trayecto entre Picanya y Torrent, según confirmaron fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). La primera incidencia se produjo a las 10.49 de la mañana cuando el tren que cubría el trayecto desde Llíria a Valencia se quedó parada en la estación de Benaguasil II. La unidad averiada era de nuevo otra Babcock Wilcox -aunque FGV desconocía si era la misma a la que el miércoles falló una pieza y se quedó estacionada en Patraix. El convoy apenas había circulado cuatro minutos desde Llíria ya que la estación de Benaguasil II es la primera que se encuentra en el trayecto.
Según explicaron desde FGV los pasajeros se vieron obligados a descender del tren averiado -no pudieron especificar cuántas personas se vieron afectadas- y esperar a la siguiente unidad que salía desde Llíria hasta Valencia a las 11.29 horas. Según FGV la circulación en sentido contrario entre Valencia y Llíria funcionó sin problemas.
Fuentes ferroviarias consultadas por Levante-EMV recordaron que las Babcock Wilcox funcionan «al límite» ya que es una material muy viejo -heredado de la antigua FEVE- y cada año que pasa se encuentran con más problemas a la hora de encontrar piezas de recambio para unos trenes que llevan más de veinte años circulando.
La otra avería también la sufrió una Babcock Wilcox que se quedó bloqueada cuando estaba a punto de llegar a la primera estación de Torrent, poco antes de las 16.30 horas, «por un problema en el motor», según FGV. Como no circulaba ni para delante ni para atrás, se optó por remolcar el convoy averiado (y con los pasajeros dentro) con el tren que circulaba inmediatamente después (que también transportaba viajeros) del averiado. Las dos unidades se trasladaron hasta Picanya, donde FGV hizo descender a los viajeros del tren estropeado y del remolcador, que continuaron hasta Valencia Sud para retirar la Babcock Wilcox hasta talleres, para que un tercer convoy los desplazara a su destino definitivo que era Torrent. Toda la operación provocó retrasos en la circulación de entre 20 y 10 minutos, según FGV.
Fuente levante-emv.com
La Línea 1 sufrió ayer dos nuevas averías en Benaguasil y en el trayecto entre Picanya y Torrent, según confirmaron fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). La primera incidencia se produjo a las 10.49 de la mañana cuando el tren que cubría el trayecto desde Llíria a Valencia se quedó parada en la estación de Benaguasil II. La unidad averiada era de nuevo otra Babcock Wilcox -aunque FGV desconocía si era la misma a la que el miércoles falló una pieza y se quedó estacionada en Patraix. El convoy apenas había circulado cuatro minutos desde Llíria ya que la estación de Benaguasil II es la primera que se encuentra en el trayecto.
Según explicaron desde FGV los pasajeros se vieron obligados a descender del tren averiado -no pudieron especificar cuántas personas se vieron afectadas- y esperar a la siguiente unidad que salía desde Llíria hasta Valencia a las 11.29 horas. Según FGV la circulación en sentido contrario entre Valencia y Llíria funcionó sin problemas.
Fuentes ferroviarias consultadas por Levante-EMV recordaron que las Babcock Wilcox funcionan «al límite» ya que es una material muy viejo -heredado de la antigua FEVE- y cada año que pasa se encuentran con más problemas a la hora de encontrar piezas de recambio para unos trenes que llevan más de veinte años circulando.
La otra avería también la sufrió una Babcock Wilcox que se quedó bloqueada cuando estaba a punto de llegar a la primera estación de Torrent, poco antes de las 16.30 horas, «por un problema en el motor», según FGV. Como no circulaba ni para delante ni para atrás, se optó por remolcar el convoy averiado (y con los pasajeros dentro) con el tren que circulaba inmediatamente después (que también transportaba viajeros) del averiado. Las dos unidades se trasladaron hasta Picanya, donde FGV hizo descender a los viajeros del tren estropeado y del remolcador, que continuaron hasta Valencia Sud para retirar la Babcock Wilcox hasta talleres, para que un tercer convoy los desplazara a su destino definitivo que era Torrent. Toda la operación provocó retrasos en la circulación de entre 20 y 10 minutos, según FGV.
Fuente levante-emv.com
Otras dos averías en la línea 1 en un mismo día obligan a desalojar a los pasajeros de tres trenes
“Llegué una hora tarde a clase, ya he tenido que pedir varios justificantes”, afirma un afectado
Otras dos averías en hora punta en trenes de la línea 1 obligaron ayer a desalojar a todos los viajeros de tres unidades de la red de metro. Uno de los problemas se debió a un fallo en el motor de una unidad en la estación de Patraix. Ferrocarrils cifró los retrasos en 20 minutos y algunos usuarios en 45 minutos.
A. RALLO/VALENCIA
La historia se repite prácticamente un día tras otro. Línea 1 y hora punta son factores que la mayoría de las veces están asociados a una avería. Llegar tarde al trabajo se ha convertido en algo demasiado frecuente para aquellos usuarios de la línea 1.
Víctor Barea fue uno de los cientos de afectados por el penúltimo problema en la citada red. “Estaba en Ángel Guimerá desde las ocho de la mañana, pero el metro no llegó hasta las nueve menos cuarto”. El motivo de este retraso se encontraba en la estación de Patraix. Allí, un metro de la serie 3.600 –las unidades más antiguas de Ferrocarrils– se había detenido por un problema en el motor. Todo el pasaje fue desalojado. “Llegué una hora tarde a clase. Ya me ha tocado pedir varios justificantes por averías en el metro”.
Ferrocarrils informó que en estas unidades no viaja el personal de Ferrocarrils que se contrató para tranquilizar a los pasajeros en caso de problemas, ya que estos lo hacen en las UTA 3700, unidades en las que desde el interior no se puede acceder a los últimos dos vagones.
A contravía
El puesto de mando optó porque el metro que circulaba a continuación del que sufrió la avería remolcara a la unidad estropeada. Todos los viajeros que circulaban en esta unidad –que sí contaba con informador– bajaron en Hospital.
A continuación, se engancharon los dos metros y se condujo la unidad averiada a contravía. Ferrocarrils cifró los retrasos en estos dos trenes en aproximadamente 20 minutos.
A las siete, más problemas
La normalidad se instaló de nuevo en la vía hasta pasadas las siete de la tarde. Nuevamente, un tren de la línea 1 tenía un problema. “Se ha quedado parado dentro del túnel alrededor de un minuto y luego ha avanzado muy lentamente hasta Empalme”, explicó una de las afectadas. Una vez allí, “el maquinista nos dijo que bajáramos y esperáramos otra unidad”, añadió. Fuentes de FGV no tenían constancia de esta unidad.
Hace menos de una semana, el pasado día 9, otro tren de la línea 1 en dirección a Paterna sufrió un problema con la catenaria a la altura de Benimàmet y causó retrasos en varios trenes.
Fuente lasprovincias.es
“Llegué una hora tarde a clase, ya he tenido que pedir varios justificantes”, afirma un afectado
Otras dos averías en hora punta en trenes de la línea 1 obligaron ayer a desalojar a todos los viajeros de tres unidades de la red de metro. Uno de los problemas se debió a un fallo en el motor de una unidad en la estación de Patraix. Ferrocarrils cifró los retrasos en 20 minutos y algunos usuarios en 45 minutos.
A. RALLO/VALENCIA
La historia se repite prácticamente un día tras otro. Línea 1 y hora punta son factores que la mayoría de las veces están asociados a una avería. Llegar tarde al trabajo se ha convertido en algo demasiado frecuente para aquellos usuarios de la línea 1.
Víctor Barea fue uno de los cientos de afectados por el penúltimo problema en la citada red. “Estaba en Ángel Guimerá desde las ocho de la mañana, pero el metro no llegó hasta las nueve menos cuarto”. El motivo de este retraso se encontraba en la estación de Patraix. Allí, un metro de la serie 3.600 –las unidades más antiguas de Ferrocarrils– se había detenido por un problema en el motor. Todo el pasaje fue desalojado. “Llegué una hora tarde a clase. Ya me ha tocado pedir varios justificantes por averías en el metro”.
Ferrocarrils informó que en estas unidades no viaja el personal de Ferrocarrils que se contrató para tranquilizar a los pasajeros en caso de problemas, ya que estos lo hacen en las UTA 3700, unidades en las que desde el interior no se puede acceder a los últimos dos vagones.
A contravía
El puesto de mando optó porque el metro que circulaba a continuación del que sufrió la avería remolcara a la unidad estropeada. Todos los viajeros que circulaban en esta unidad –que sí contaba con informador– bajaron en Hospital.
A continuación, se engancharon los dos metros y se condujo la unidad averiada a contravía. Ferrocarrils cifró los retrasos en estos dos trenes en aproximadamente 20 minutos.
A las siete, más problemas
La normalidad se instaló de nuevo en la vía hasta pasadas las siete de la tarde. Nuevamente, un tren de la línea 1 tenía un problema. “Se ha quedado parado dentro del túnel alrededor de un minuto y luego ha avanzado muy lentamente hasta Empalme”, explicó una de las afectadas. Una vez allí, “el maquinista nos dijo que bajáramos y esperáramos otra unidad”, añadió. Fuentes de FGV no tenían constancia de esta unidad.
Hace menos de una semana, el pasado día 9, otro tren de la línea 1 en dirección a Paterna sufrió un problema con la catenaria a la altura de Benimàmet y causó retrasos en varios trenes.
Fuente lasprovincias.es
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