Los empleados de l’Eliana también alertan de accidentes y desperfectos en las calles
MOISÉS RODRÍGUEZ
Uno de los empleados de la basura de l’Eliana se comunica con la Policía Local.
Cada noche puede llegar una nueva aventura...o no. Realizan un trabajo cotidiano y aburrido, pero al girar una esquina, de repente, existe la posibilidad de ver dos individuos saltando la valla de un chalé, un árbol caído por la fuerza del viento o un cable que podría cercenar el cuello de un motorista. “Nosotros somos basureros y ese es nuestro trabajo. Sin embargo, si podemos ayudar al vecino de l’Eliana, de categoría, porque nosotros también somos de aquí”, afirmó Lucas Ballester, encargado del servicio de recogida de residuos urbanos en el municipio.
Los empleados de la recogida de la basura de l’Eliana siempre han estado vinculados de una forma u otra con la policía. La plantilla está integrada por gente del pueblo que conoce a los agentes y, aunque parezca imposible, todas y cada una de las calles de las urbanizaciones. Por eso tienen guardado en su mente cada coche y el lugar donde debe estar aparcado de madrugada.
“Tenemos cientos de anécdotas que contar, pero afortunadamente los sobresaltos ahora son mínimos”. Ballester enumera dos situaciones que tiene guardadas en su mente. La primera, meses atrás, cuando percibió el sonido de una alarma, avisó a la policía y siguió realizando su trabajo sin más. “Al días siguiente pregunté a un agente y me dijo que habían entrado a robar”, indicó.
El otro caso fue una ocasión en que, estando él en el retén, recibió el aviso de que dos jóvenes estaban saltando la valla de un chalé. “No pudieron entrar, pero avisamos rápidamente a la policía y ellos fueron allí enseguida. Quizá por esta actuación evitamos un robo”.
Accidentes de tráfico o desperfectos en mobiliario urbano son otros avisos que pueden parecer menos importantes, pero que pueden evitar males mayores si se advierten con antelación.
Noticia leída en:
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Uno de los empleados de la basura de l’Eliana se comunica con la Policía Local.
Cada noche puede llegar una nueva aventura...o no. Realizan un trabajo cotidiano y aburrido, pero al girar una esquina, de repente, existe la posibilidad de ver dos individuos saltando la valla de un chalé, un árbol caído por la fuerza del viento o un cable que podría cercenar el cuello de un motorista. “Nosotros somos basureros y ese es nuestro trabajo. Sin embargo, si podemos ayudar al vecino de l’Eliana, de categoría, porque nosotros también somos de aquí”, afirmó Lucas Ballester, encargado del servicio de recogida de residuos urbanos en el municipio.
Los empleados de la recogida de la basura de l’Eliana siempre han estado vinculados de una forma u otra con la policía. La plantilla está integrada por gente del pueblo que conoce a los agentes y, aunque parezca imposible, todas y cada una de las calles de las urbanizaciones. Por eso tienen guardado en su mente cada coche y el lugar donde debe estar aparcado de madrugada.
“Tenemos cientos de anécdotas que contar, pero afortunadamente los sobresaltos ahora son mínimos”. Ballester enumera dos situaciones que tiene guardadas en su mente. La primera, meses atrás, cuando percibió el sonido de una alarma, avisó a la policía y siguió realizando su trabajo sin más. “Al días siguiente pregunté a un agente y me dijo que habían entrado a robar”, indicó.
El otro caso fue una ocasión en que, estando él en el retén, recibió el aviso de que dos jóvenes estaban saltando la valla de un chalé. “No pudieron entrar, pero avisamos rápidamente a la policía y ellos fueron allí enseguida. Quizá por esta actuación evitamos un robo”.
Accidentes de tráfico o desperfectos en mobiliario urbano son otros avisos que pueden parecer menos importantes, pero que pueden evitar males mayores si se advierten con antelación.
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